Cada año entre el 19 y el 25 de abril se celebra en Argentina la Semana de los Pueblos Indígenas. En esta fecha, los pueblos originarios y quienes trabajan con ellos visibilizan su diversidad y reclaman el efectivo cumplimiento de sus derechos individuales y colectivos, muchos de los cuales están reconocidos pero aún no garantizados.
Los pueblos indígenas tienen una relación ancestral con los territorios y sus ambientes que va mucho más allá de los límites de la propiedad tal como los entiende la sociedad no indígena. Los territorios son clave para la alimentación, la vivienda, la espiritualidad, la educación de las nuevas generaciones y la medicina, entre otras dimensiones de la vida de las comunidades.
Por eso, es importante reconocer y garantizar el derecho de los pueblos originarios a decidir sobre sus territorios ancestrales y a contar con la propiedad comunitaria de sus tierras, de forma tal que preserve la relación histórica y la proyección al futuro con las mismas. El respeto a los territorios indígenas, además de ser un derecho constitucionalmente reconocido, implica también un mayor cuidado del medioambiente, modos más sustentables de producción que favorecen la diversidad de los ambientes y contribuyen a una sociedad más democrática y diversa.
Los derechos culturales de los pueblos originarios también son importantes para preservar y ampliar la diversidad de la sociedad. Los pueblos indígenas tienen derecho a recibir una educación intercultural y bilingüe que, además de preservar sus lenguas, permita transmitir su cultura a las nuevas generaciones y ponerla en diálogo con la sociedad no indígena.
Así, los idiomas, las danzas, las prácticas espirituales, la relación con el territorio y sus recursos son parte de la diversidad cultural. Es fundamental reconocer y garantizar estos derechos mediante políticas públicas que valoren y promuevan la diversidad como una forma de contribuir a un desarrollo más sustentable que exceda la mirada económica y con plena garantía de derechos humanos.
Desde el año 1986, APCD trabaja con las comunidades wichi y nivaĉle del centro y oeste de la provincia de Formosa. Los proyectos que desarrollamos buscan fortalecer las capacidades individuales y colectivas de las comunidades, recuperar y transmitir sus culturas, defender sus territorios, reclamar por sus derechos y participar en la toma de decisiones que los afectan.
Sostenemos que el territorio y la cultura son pilares fundamentales de las comunidades indígenas y por eso apoyamos el reconocimiento de estos derechos mediante el trabajo en red que articula saberes y experiencias y construye una verdadera ciudadanía para los pueblos indígenas.
Este trabajo es posible gracias a la confianza, el apoyo y la solidaridad de quienes creen que un mundo más justo es posible y aportan su trabajo, sus conocimientos y sus recursos a esta misión. ¿Te sumás a esta causa? Doná ahora de forma sencilla y segura.