Serie chaguar, parte II: la obtención del hilo

La recolección, hilado, teñido y tejido de las fibras de chaguar es una actividad distintiva de las mujeres del pueblo Wichí, que tiene una gran importancia económica y cultural. A partir de su adolescencia, las jóvenes aprenden los secretos del chaguar, con el cual confeccionan prendas, productos textiles y objetos artísticos.

Las dos especies más utilizadas son conocidas en lengua Wichí como “chitsaj” (Bromelia hierominy) y “oletsaj” (Bromelia urbaniana). La primera es más abundante, tiene fibras más largas y aunque son de menor calidad rinden más. El “oletsaj”, en cambio, tiene fibras más cortas pero más resistentes y de mayor durabilidad, por lo que se usa para confeccionar redes de pesca y sogas. 

Luego de su recolección en el monte, las mujeres proceden a la obtención de los hilos con los cuales luego se armará la pieza. Este es un proceso largo y laborioso que requiere mucha paciencia y que comienza en los hogares.

Luisa Duarte, experimentada tejedora de la comunidad de Tres Pozos, nos cuenta en detalle cómo es este proceso: “Para el desfibrado, se utilizan las hojas verdes o sino las humedecemos, porque si está seca no podemos hacerlo. Utilizamos los dedos y las uñas, para separar las fibras de la parte de afuera de las hojas y de su contenido, la pulpa. Lo hacemos hoja por hoja. Ahora quedan bandas de fibras con algo de pulpa.” En el caso del “chitsaj”, como contiene mayor cantidad de pulpa, es necesario machacarlo o golpearlo con un palo para limpiarlo mejor.

Las fibras así obtenidas se atan juntas en pequeños mazos, que luego se raspan para terminar de limpiarlas. Luisa nos cuenta entonces: “Se lavan con agua y se secan por un par de días al sol en la soga de la ropa. Quedan ahora las fibras limpias y de color blanco, listas para su teñido”. 

Una vez que se tiñen, llega el momento final en el cual se fabrica el hilo. Así nos lo relata Luisa:Juntamos varias fibras y mezclándolas con cenizas de arcillas que traemos del río, o cenizas del fogón, las retorcemos sobre nuestra pierna y vamos obteniendo el hilo. Es un trabajo largo y de paciencia. Luego que armamos los ovillos de los distintos colores, empezamos el trabajo de armar el tejido.”

Pero esto quedará para una nueva entrega de esta apasionante serie sobre el chaguar y la cultura Wichí. Mientras tanto, te contamos que en APCD apoyamos el trabajo de las mujeres Wichí a través de capacitaciones que buscan recuperar los saberes ancestrales y la trasmisión a las jóvenes, protegiendo y recuperando al medioambiente a partir de proyectos sustentables de desarrollo. 

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