El pasado fin de semana de Carnaval, la comparsa Elé, compuesta por integrantes de la etnia wichí de Formosa, realizó una ovacionada actuación en los corsos de las localidades de Las Lomitas y Tigre, donde fue aclamada por 5000 y 3000 personas respectivamente.
La festejada performance abarcó tres temas principales, que reflejan la cosmovisión del pueblo wichí, en especial de las comunidades Lote 27 y Tres Pozos. En primer lugar, se reivindicó la figura de Tokwuaj, el “Tío Travieso”, un ser mitológico que permite encarnar los valores que los ancianos wichís enseñan a los jóvenes. En esta comparsa, Tokwuaj estuvo representado como un tronco de Yuchán, del cual surgían diferentes rostros semihumanos y animales, que recuerdan la capacidad de transformación de esta figura para transmitir sus enseñanzas a los más pequeños.
El cuidado de la naturaleza y el medioambiente fue el segundo tema interpretado en la actuación, con pájaros de tela con los colores de la Whipala que
protagonizaron una coreografía realizada por las mujeres. Estas aves y sus colores representaban el vuelo y la libertad, unidos al cuidado de la naturaleza desde la mirada de los pueblos originarios que viven en armonía con ella.
En tercer lugar, se expresó la importancia de las mujeres como transmisoras de la cultura de los pueblos originarios, en sus roles de madres, abuelas, esposas, hijas y hermanas. En el momento cúlmine
del desfile, frente al palco principal, las mujeres bailaron una canción de la cantante Charo Bogarín (Tonolec), llamada “Mujer, cántaro y niño”, denunciando la opresión que sufren por ser mujeres e indígenas y revalorizando su rol como guardianas de la cultura wichí.
La agrupación Elé surgió en el año 2008, como parte fundamental de un proyecto de APCD en el que se trabaja sobre el fortalecimiento de la autoestima de los jóvenes wichí y se recuperan las tradiciones y la memoria cultural del pueblo y su territorio.
En carnavales anteriores han teatralizado prácticas e historias propias de su pueblo, como: la recolección del fruto del algarrobo, la cosecha de la miel, la pesca, la caza del suri, la leyenda del yaguareté y el fuego.
En esta oportunidad, participaron alrededor de 70 jóvenes y niños/as, de entre 8 y 30 años de edad, que se prepararon todo el año practicando danza y percusión y fabricando instrumentos, y se distribuyeron en los grupos de mujeres que bailaron y el de batucada. Los integrantes más experimentados guiaron, enseñaron y acompañaron a los más jóvenes, reforzando la solidaridad grupal y contribuyendo a la realización de un espectáculo que fue ovacionado por el público asistente a los corsos.
Desde APCD felicitamos a la comparsa, a la vez que manifestamos un profundo agradecimiento a todas las personas y grupos que hicieron posible un espectáculo de tanta calidad y tan conmovedor. En especial a Porfirio González, coordinador general de Elé, de la comunidad de Lote 27.
También a Nacho Saulquin y la escuela de percusión Sieteoctavos; a la profesora de danzas María Schroch, a Vanesa Cisterna, de música, a José María Roman, en la construcción de instrumentos; a Iván Roman, director de la batucada La Auténtica (de Pozo del Tigre). Y por el apoyo sostenido de los amigos del Grupo BB y W; y la SENAF por parte de la financiación.
Reivindicamos, por último, la importancia de continuar el trabajo con los jóvenes de las comunidades originarias, revalorizando su cultura y brindándoles posibilidades que les permitan construir un futuro superador, en armonía con sus tradiciones y su territorio. ¡Nos vemos en los carnavales de 2021!