Cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, por una resolución de la ONU del año 2000. La fecha tiene su origen en la memoria por el asesinato de las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de República Dominicana en 1960, por orden del dictador Rafael Trujillo.
Pese a que en Argentina se cuenta con una ley integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres desde el año 2009, se registraron 2679 femicidios entre los años 2008 y 2017 según La Casa del Encuentro. De acuerdo al Observatorio de Femicidios del Defensor del Pueblo De la Nación, 665 mujeres y personas trans fueron asesinadas entre enero de 2017 y julio de 2019.
La situación es peor en el caso de las mujeres indígenas, donde se suma la discriminación étnica y se agrava la falta de acceso a la justicia. En octubre de 2019, más de 20 mujeres indígenas de todo el país tomaron el Ministerio del Interior exigiendo el fin de las violencias de las que son víctimas. De acuerdo a un relevamiento propio que realizaron en el Segundo Parlamento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir en julio de 2019, ocho de cada diez mujeres indígenas sufren violaciones, abusos y violencia física. Más de la mitad de quienes son violadas y asesinadas son ancianas, en la mayoría de los casos por autoridades espirituales, y siete de diez lo sufren por parte de policías o fuerzas de seguridad. Sólo una de ocho mujeres accede a la Justicia. Además, denuncian que existe una práctica conocida como “chineo” en el norte del país, muy frecuente en las provincias de Salta, Formosa y Chaco, en la que varones criollos comerciantes o terratenientes eligen niñas menores de 10 años para violarlas, siendo esto tolerado socialmente.
Esta fecha nos recuerda la importancia de seguir visibilizando y concientizando sobre las violencias de las que son víctimas las mujeres en general, y las indígenas en particular.