Celebrar la diversidad: un camino necesario (y aún pendiente)

Cada 12 de octubre se celebra el Hai´hiche tokeyis toj hats´ilak, i´che wewfpe, en wichí, es el  Día del Respeto a la Diversidad Cultural en Argentina.

En esta fecha, se promueve la reflexión histórica acerca de los derechos de los pueblos originarios y el diálogo intercultural con las personas de cada comunidad.

Los derechos que protegen a los pueblos originarios se expresan en la Constitución Nacional, en el inciso 17 del artículo 75, y refiere al reconocimiento de la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas del territorio argentino, a garantizar el respeto a su identidad y al acceso a una educación bilingüe e intercultural, entre otros.

La diversidad es una combinación de lo distinto, de todo aquello que nos diferencia,  ya sea que podamos verlo y comprenderlo o no. Debemos tomarla y celebrarla, para enriquecernos y no para la discriminación de las personas y los pueblos.

La diversidad cultural refleja la multiplicidad de las culturas y pueblos originarios que existen,  que manifiestan  la diversidad de pueblos originarios. Al interactuar personas pertenecientes a distintos pueblos y culturas, se nutren de perspectivas diferentes que permiten adoptar el punto de vista del otro, modificando los propios esquemas. Las culturas se encuentran en procesos de cambio constante que se originan tanto por nuevas situaciones internas de sus miembros como por la relación con personas de otras culturas.

Muchas veces se entiende a las culturas como sinónimo de folclore, como bailes o  comidas típicas, y se los asocia con tradiciones del pasado. Por el contrario, las culturas están vivas en el presente, se transforman y no se refieren solamente a danzas o preparaciones culinarias, incluyen mucho más. Las culturas se palpan  y se manifiestan en toda su diversidad, en las lenguas, en la organización social, en la manera de pensar y construir el mundo, en las tradiciones, en el arte, en el modo de relación con la tierra y la naturaleza, en la forma de tomar decisiones, en la manera de educar y en los valores, entre muchas otras.

Muchas veces, desde las escuelas se promueve la uniformidad cultural, lo que deriva en el habla de un único idioma, y en la enseñanza de una única manera de organizar y comprender la naturaleza, la sociedad y la historia. Esto no implica equidad y contribuye, en cambio, a desvalorizar a otras culturas, fomentando una única cultura homogénea.

Mientras que hay culturas que son discriminadas, otras son sobrevaloradas lo que genera desequilibrios, hegemonías y aculturación. Si bien existen legislaciones en favor de los derechos de los pueblos indígenas en Argentina, no se ha conseguido aún la equidad de oportunidades. Es necesario transformar nuestra manera de percibir la diversidad, debemos erradicar el racismo y la discriminación de las relaciones, tanto en los organismos públicos como en la sociedad en general.

 

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