Cuando se trata de los derechos en la infancia y en la adolescencia, las infancias indígenas son las más vulnerables. Lejos de los privilegios, están más expuestas a múltiples situaciones de violencia.
El Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA) presentó en 2018 el informe “Situación de los niños, niñas y adolescentes indígenas en Argentina” ante la ONU que evidencia las múltiples formas de violencia a las que están expuestas los niños, niñas y adolescentes indígenas.
Entre las formas de violencia que más impactan en los niños, niñas y adolescentes se refieren a “la falta de acceso a la tierra/territorio y al agua o al control de los recursos naturales, medios indispensables para la realización de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas y el ejercicio de sus identidades y culturas tradicionales.
El informe destaca numerosos aspectos como el territorio, la educación, la salud, el agua, la alimentación, la seguridad social y las adicciones, y recoge experiencias de violencia de las provincias de Misiones, Formosa, Chaco, Salta y Jujuy entre otras.
En APCD encabezamos diversos proyectos junto a Endepa, CREAS y SEDRONAR y otras organizaciones que pretenden promover la cultura ancestral de las comunidades wichi y nivaĉlé en la infancia y adolescencia. Un ejemplo de esto son los talleres de arte con jóvenes, en los que facilitamos la expresión a través de consignas, buscamos afianzar la autoestima y fomentar el intercambio de experiencias y proyectos personales.
Otro de los proyectos que realizamos dos veces al mes son las rutinas educativas que implementamos frente al nivel precario que manifiestan tener los jóvenes respecto de la educación. Basados en el proyecto Pensamiento Cero de Harvard, estas rutinas con enfoque intercultural y bilingüe. Son jornadas en las que proporcionamos herramientas prácticas para abordar las distintas formas de pensamiento.
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