¿De qué hablamos cuando hablamos de derechos humanos?

En los días previos a un nuevo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es importante tener presente de qué hablamos al referirnos a estos derechos. ¿Cuáles son? ¿Quiénes deben velar por ellos y protegerlos? ¿Qué derechos aún no están garantizados plenamente para todos y todas? A continuación, te contamos un poco más sobre este tema.

Los derechos humanos son un conjunto de derechos fundamentales que toda persona tiene por el simple hecho de existir, sin distinción de etnia, país, género, clase social, creencia religiosa, lengua, estado de salud, ni ninguna otra. Por ese motivo, son universales, ya que todas las personas, sin distinción, tienen los mismos derechos. Además, son inalienables, es decir, no se pueden suprimir, excepto en aquellos casos previamente contemplados en una ley, y siempre de manera temporal y proporcional.

Los derechos humanos también son indivisibles e interdependientes, esto implica que si se afecta un derecho se ver comprometidos todos los demás; los derechos humanos se ejercen en conjunto, y se potencian mutuamente. Por último, como ya mencionamos, son equitativos y no discriminatorios, ya que toda persona tiene los mismos derechos que el resto.

Los principales encargados de velar por los derechos humanos son los Estados nacionales, quienes, además de firmar tratados y compromisos internacionales, deben desarrollar políticas públicas tendientes a ampliar la cobertura de estos derechos para que sean verdaderamente universales. Así, los Estados deben: respetar los derechos humanos, es decir, abstenerse de interferir en su disfrute o limitarlos; protegerlos, dando garantías a aquellas personas y grupos cuyos derechos hayan sido violados; y cumplirlos, mediante la ejecución de políticas que amplíen la cobertura y disfrute de estos derechos.

Entre los principales derechos humanos, podemos mencionar el derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad y la dignidad personales, a un trato libre de torturas, violencia y esclavitud, a las garantías de un juicio justo, a contar con una nacionalidad, a la propiedad individual y colectiva, a la libertad de expresión y de asociación, a un nivel adecuado de vida que garantice alimento, vivienda, vestido, asistencia médica y otros servicios sociales, a recibir educación, a profesar libremente sus creencias y a un entorno libre de violencia y respetuoso de estos derechos.

Lamentablemente, muchas personas aún no pueden disfrutar plenamente de estas garantías. En nuestro país, numerosos pueblos indígenas no tienen garantizadas las condiciones mínimas de subsistencia material, ya que padecen desnutrición y la atención médica es insuficiente. Muchas personas no tienen DNI ni nacionalidad, y por ende, no pueden acceder a otros derechos como la educación, la asistencia social o la participación en la vida democrática. Los abusos y la violencia policial y parapolicial también son muy frecuentes, y muchos conflictos territoriales culminan en violentos desalojos que privan a estos pueblos de viviendas. La propiedad comunitaria de las tierras que habitan, por otra parte, se encuentra insuficientemente reconocida. 

Por todo esto, es necesario defender los derechos humanos para que sean una realidad para todos y todas. Desde APCD trabajamos con los pueblos Wichí y Nivaĉlé de la provincia de Formosa para potenciar sus capacidades, revitalizar su cultura y exigir que se cumplan sus derechos. 

Sé parte de esta causa, doná ahora.

Comentarios cerrados.