¿Por qué escribimos sobre género?
Por varias razones. Creemos que es un tema muy importante para reflexionar en nuestra sociedad, aún más en estas horas, y existen muchos aspectos sobre los cuales repensar, deliberar y madurar.
Somos una asociación de promoción de la Cultura y la construcción del género es una cuestión cultural, particular en cada sociedad y en cada cultura, que se va modificando con el tiempo.
Repensar cuestiones de género implica para cada unx de nosotrxs y las sociedades como conjunto, cambios en los roles del hombre y de la mujer, estructurar un nuevo tipo de familia, lograr la equidad entre la mujer y el hombre, entre otras cosas.
Es también la búsqueda de una nueva identidad, dejando de lado estereotipos; no solamente referidos a las sexualidades. La masculinidad y la feminidad son cuestiones relativas a cada sociedad y a cada época. El modelo dominante de masculinidad posee un doble significado, el de la representación simbólica de la realidad (así se concibe la masculinidad y también la femineidad) y el de la norma que genera (así se orienta la conducta).
La masculinidad hegemónica y dominante en la sociedad, genera actitudes y normas socialmente aceptadas. Estas normas están dadas en el marco de estereotipos de género (opiniones o prejuicios generalizados sobre cómo son y deben ser los hombres y las mujeres, y de las funciones sociales que deben cumplir en la familia y la sociedad).
Desnaturalizar y modificar estos principios y situaciones, genera diversas reacciones desde los grupos hegemónicos, ya que el poder se reproduce bajo modalidades complejas y su cuestionamiento se traduce en pugnas sociales.
La violencia de género no es solamente aquella que se denomina violencia familiar o intrafamiliar, son todas las formas mediante las cuales se intenta perpetuar el sistema de jerarquías impuesto por la cultura patriarcal. Tiene su expresión más álgida en el femicidio, donde se asesina a la mujer por el hecho de ser mujer.
La jerarquía es una forma de ordenar las diferencias, que es propia de una racionalidad tradicional y que es cuestionada por los principios de igualdad y de libertad. La coexistencia de valores “tradicionales” y “modernos” constituye una realidad cotidiana, que impulsa enfrentamientos y hostilidades.
Los cambios sociales implican transformaciones en las actitudes, valores, normas, estructuras, a partir de cambios de paradigmas o moldes cuestionados hacia otro período, de la sociedad en su conjunto.
Es de importancia la toma de conciencia de las relaciones sociales de género. La lucha de las mujeres es una lucha libertaria, desde la posición de un sector oprimido, es un reclamo de justicia social, de cambio en las relaciones y estructuras sociales que, a través de los sistemas culturales (políticos, legales, religiosos y familiares) han restringido el rol de la mujer al ámbito privado y familiar. Es, a la vez, una disputa por tener la posibilidad de decidir sobre sí mismas y sobre sus vidas.
Pensar y conversar sobre las cuestiones de género nos ayudará a promover procesos en mujeres y varones. Participar y organizarnos en espacios de reflexión, aprendizaje y debate público nos permitirá construcciones transformadoras y una mentalidad colectiva crítica.